BIOENERGÉTICA
“Nacemos blandos, suaves, flexibles, llenos de vitalidad; el impulso de vida nos lleva a respirar con profundidad y buscar el alimento que naturalmente la madre proveerá. Pero en esta realidad no siempre somos tan bien recibidos y todo fluye de manera ideal. Cada respuesta hostil, o no-respuesta, a nuestras necesidades, deseos o pedidos, y actitudes de desamor, nos provocarán dolor, desorientación, miedo, tristeza, e incluso la represión de los enojos que la frustración podría crearnos, quedando apresada esa energía dentro nuestro. Estas emociones hacen que naturalmente el cuerpo se tense, se repliegue, se “cubra” como reacción primaria de supervivencia. En realidad esto es un mecanismo de defensa que está muy bien siempre y cuando esa tensión se afloje y el cuerpo se expanda nuevamente al vivir emociones positivas y expresar debidamente lo que siente, pero si lo negativo se repite constantemente desde nuestra infancia, iremos creando una especie de armadura para que nada nos lastime pero que a su vez nos volverá insensibles.
Estos sentimientos quedan encerrados en nuestro cuerpo a tal punto que olvidamos que alguna vez los tuvimos, formando bloqueos y tensiones crónicas que a la larga nos llevan a movernos y a vivir como robots.
El poder ponerse en contacto con estas emociones a través del movimiento nos hará tomar conciencia de lo celosamente guardado, dándonos la posibilidad de liberarlas y re aprender una nueva forma de vivir, siendo más lo que verdaderamente somos y no el personaje que construimos desde el miedo y el dolor.
Prof. Marta Irene Villafañe